Indicadores de rentabilidad: Todo lo que debes saber

Los indicadores de rentabilidad son datos fundamentales para conocer el estado actual de una empresa, por lo que es necesario que sean elaborados por especialistas financieros para que la información sea fidedigna, relevante y de verdadera utilidad. Solo así se tomarán decisiones acertadas.

La información de una empresa

Los datos son imprescindibles para cualquier asunto, pues es la información de aquello que deseamos conocer. En el caso de una empresa, la información nos dice qué hace esta, cómo se han concretado sus operaciones y qué se puede esperar de ella.

En el caso de información financiera, los datos recuperados indican cómo se mueven los flujos de efectivo y qué condiciones de rentabilidad tiene a organización. Con base en estos datos, los administradores pueden planificar decisiones financieras y administrar activos y pasivos financieros de forma efectiva.

Entre otras cosas, la información financiera permite configurar la llamada política financiera de la empresa, lo cual posibilita acciones específicas tales como:

• Incremento de capital mediante créditos o inversiones específicas.
• Adquisición o arrendamiento de activos fijos.
• Determinación de la extensión de los plazos correspondientes a las cuentas por cobrar y a los pagos de los dividendos generados.
• Proyección de la evolución de la empresa y de las variaciones en su rentabilidad.
• Determinación del valor del negocio en términos reales y esperados.

Los indicadores financieros nos dicen cuál es el estado de salud de la empresa en cuestión.

Indicadores específicos

De acuerdo con los especialistas, los indicadores se constituyen como el vínculo existente entre dos o más datos específicos y significativos, el cual arroja información crítica o relevante para la administración de una empresa o negocio.

Con base en una clasificación básica, tenemos que los indicadores pueden ser de cuatro tipos: de rentabilidad, de liquidez, de uso de activos y de uso de pasivos.

El primer tipo de indicadores es el más utilizado y al que recurren con más frecuencia los administradores. En muchos casos, es una obligación legal contar con ellos.

La rentabilidad, en términos generales, se configura como el rendimiento obtenido a partir de lo invertido en un lapso de tiempo determinado y como resultado de las actividades empresariales ejecutadas. Esto es, la rentabilidad es lo que la empresa obtiene luego de producir el bien u ofrecer los servicios proyectados en un periodo específico.

Los números que se asocian a la rentabilidad tienen como intención evaluar las utilidades obtenidas con base en los montos invertidos, bien sea que se considere como base el capital contable o los activos totales.

Entre las principales medidas o mediciones de rentabilidad tenemos:

• Margen de beneficio. Es el beneficio obtenido por cada unidad de ventas.
• Rentabilidad de activo. Es el beneficio obtenido por cada unidad de activo en términos monetarios.
• Rentabilidad de fondos propios. Mide el resultado del rendimiento en términos de acciones.
• Estado de resultados porcentual. Expresa la rentabilidad de las ventas efectivas en términos porcentuales.
• Margen bruto de utilidades. Porcentaje de cada unidad de venta, en términos monetarios, cuando se han descontado los pagos de bienes de la empresa.
• Margen de utilidades de operación. Son las utilidades netas (sin aplicación de impuestos), por cada unidad monetaria de ventas.
• Rendimiento de capital. Es la medición del rendimiento percibido con base en la inversión inicial de los propietarios.
• Rendimiento de la inversión. Es la medición de la habilidad de la administración organizacional para generar utilidades haciendo uso de los activos disponibles para tal efecto.
• Utilidades por acción. Es la unidad de cada acción en circulación, en términos monetarios.

Como puedes apreciar, la información financiera es de vital importancia en una empresa, por lo que es necesario que sea compilada y estructurada por profesionales financieros, ya que solo de esta forma cumplirá su objetivo de apoyar la toma de decisiones a corto, mediano y largo plazo.